Sunday, May 31, 2015

La Arcaica Reglamentación Política y Electoral de Ayotlán, Jalisco

Noé J Nava

Nota del Autor:

        Desde que tuve la oportunidad de votar por primera vez, 2015 será la primera vez que no vote y la primera vez en que no tengo interés por ver algún partido político de Ayotlán en la presidencia. Mi único interés es que el municipio se beneficie. 

Por esta razón, escribí este breve ensayo sobre la problemática derivada de la vigente pero arcaica reglamentación electoral y política de los municipios. Creo que los presidentes tienen demasiado poder. 

Este ensayo está basado e inspirado en el ensayo “Municipios: Arcaicos e Ineficientes” de Oliver D. Meza que fue publicado en la revista Nexos el día 29 de Mayo del 2015. Su articulo no está propiamente citado aquí, pero dedico una hoja especialmente para presentarlo.


La responsabilidad de este ensayo es completamente de Noé J Nava.

Ensayo:

       Al mismo tiempo que varios ayuntamientos en México, Ayotlán Jalisco está a una semana de elegir quien los representará en los siguientes tres años. Sin embargo, un problema con las democracias es la soberanía ciudadana que en muchas instancias es limitada y esta regida más por el influyentismo que por las mayorías. No son quienes votan en las urnas los que deciden que se hace o como se hace, sino quienes movilizan a la gente para que vote. Sindicatos de maestros como SNTE y CNTE son ejemplos claros de estas practicas dentro del país.

        Por fortuna, esta situación sí ha cambiado. En México, por ejemplo, menciona Oliver D. Meza, que las reformas políticas de los últimos años han trabajado a favor de una mayor representación ciudadana a nivel estatal y federal. Los municipios, por su parte, aun están regidos por reglamentos que fueron escritos siglos atrás en los que no había forma de contemplar la problemática actual.

  Ayotlán no es un caso ajeno a esta necesidad de reformar, sino la norma que rige la toma de desiciones de los funcionarios públicos, candidatos a presidencias y otros grupos de interés como los ejidales, los estudiantes y la poco representada clase empresarial local. La limitada contemplación constitucional en material electoral y política en los municipios, abre la puerta al cacicazgo político. En Ayotlán, por ejemplo, una persona llegó a ser presidente tres veces haciéndose del apoyo de ciertos grupos de interés dentro del municipio. Un dicho popular mexicano recita que “la situación hace al ladrón.” En teoría política, en economía y en sociología, entendemos la esencia de este dicho: teoría de desiciones políticas. Si la ley no me limita, lo voy a hacer. Si no hay incentivos para actuar bien, no lo voy a hacer.

En este corto escrito, espero que mis lectores exploren dos problemáticas que la arcaica reglamentación electoral y política de los municipios promueve. Uno de ellos es el tema de los regidores. La elección de regidores no es de los ciudadanos, más bien es de los partidos. Esto crea falta de representación ciudadana y termina por enfocar recursos en regiones de donde el presidente o la mayoría de su grupo pertenece. El otro problema es la falta de pluralidad dentro de la lenta burocracia que opera en la presidencia. Desde policías hasta secretarias que están a cargo de atender directamente las necesidades casuales de los ciudadanos, la problemática es que el partido en turno decide quienes trabajan ahí. Esto, al final, concentra recursos, otra vez, para un grupo selecto de personas. Mi tesis, entonces, sugiere que para acabar con estas practicas, se necesita cambiar la estructura (leyes) que rigen a la política local pues estas entorpecen la democracia de Ayotlán.

Durante el tiempo de las campañas políticas, es más común encontrar entre la guerra sucia y la limpia (si es que existe) el nombre de los candidatos que vayan adelante. En Ayotlán, por ejemplo, son tres quienes realmente se disputan la presidencia y están a menos de una semana de saber quien es el ganador; lo sé por las no variadas pero multiples paginas de Facebook que me invitan a darle “me gusta”. Sin embargo, y por fortuna de ellos mismos, los candidatos a regidores desarrollan un papel mínimo y hasta sumiso. Oliver D. Meza explica que estos candidatos son premeditadamente elegidos por los miembros del partido y son parte de una lista numérica donde los de arriba tienen la mayor probabilidad de hacerse de su huesito en al presidencia. 

Gane o pierda su partido, un regidor bien colocado tendrá una posición de cabildeo y privilegios dentro de la siguiente administración. 

La problemática no esta ni en su salario, su efectividad o profesionalismo pero esta radica en que los regidores no son elegidos por voto popular pero por diferentes rituales dentro de cada cúpula. Debido a que esta practica es legal, se legaliza entonces el nepotismo y el intercambio de favores politicos. En el no único caso de los partidos en Ayotlán, cuando hay dos posibles candidatos dentro del partido, uno de ellos ocupará estrictamente una regiduria a cambio de cederle el lugar al otro. Ya dentro de la estructura de poder, los más influyentes se disputarán las otras regidurias. La función de las regidurias es entonces el apaciguamiento político, el pago de favores y más nepotismo. Esto, en lugar de servir a las necesidades de los ciudadanos, termina beneficiando a unos cuantos.

Insisto, el problema no son las regidurias o los regidores, sino las leyes que las reglamentan. El trabajo de un regidor tendría que ser en la practica velar por los votos que no eligieron al candidato ganador; velar por quienes votaron azul en lugar de morado dentro de un municipio con un ganador de color morado. Al no existir una reglamentación que obligue a los partidos politicos a permitir a cada region que elija quien los representa, una Santa Rita verde no será bien representada en un gobierno naranja.

Por fortuna, esto no es la regla en todos los municipios del país. Explica Oliver D. Meza que en Nayarit, una reciente reforma electoral divide cada municipio en demarcaciones; “Es decir, el municipio se dividió en pequeñas circunscripciones para que éstas elijan al regidor que los represente en el ayuntamiento.” Oliver D. Meza concluye, “[e]llo haría que el regidor rindiera cuentas al ciudadano pues, en este caso, él es elegido por circunscripción votante.” En Nayarit, es el espectacular caso en el que los partidos no eligen a los regidores, pero son los votantes quienes los eligen. 

En Ayotlán, se tiene mucho la problemática de que las obras públicas como calles, alumbrado y el gasto de recursos se enfocan en localidades de donde el presidente vive o vivió. De esta misma manera, los grupos de poder del partido que ocupa la presidencia, mueven esos recursos libremente al no tener oposición real. Es por eso que yo propongo que se cambie el reglamento electoral para que los ciudadanos elijan los regidores. De esta manera, un regidor de Betania, al ver que los recursos no se mueven a su municipio, puede fácilmente tomar cartas legales en el asunto y limitar este caciquismo, y beneficiar a su municipio. 

Esto es una democracia sana y solamente se da cuando todos los ciudadanos pueden inmiscuirse en el más pequeño detalle del trabajo de los partidos políticos.

La otra problemática es bastante similar pero esta crea ineficiencia. Ya no me sorprende encontrarme con que cada tres años la nomina de la presidencia cambia de nombres completamente. El PAN trae a los suyos, el PRI también. Incluso, al momento de hacer campañas políticas, los candidatos a cambio de votos ofrecen posiciones dentro de la presidencia: recogedores de basura, puestos de escritorio, constructores. Sin el afán de menospreciar estos trabajos, no me quiero enfocar en posiciones burocráticas como quienes imprimen las actas de nacimiento pues no tienen el potencial de crear valor para el municipio; todos sabemos que esto se puede hacer sin la necesidad de tanto personal. Mi enfoque es para posiciones dentro del departamento de policía que aunque no es el único caso, es con el que pretendo explicar mi punto.

México vive tiempos difíciles en el que no se pueden rifar estas posiciones. La necesidad de un departamento de policía eficiente es primordial y no se puede dejar en las manos de los partidos políticos que no han demostrado más que ineficiencia en esta situación. Un policía no debe de estar sujeto al temor de perder su trabajo después de tres años. Tampoco a la falta de entrenamiento, los bajos salarios y los problemas económicos que es la principal razón por la que muchos terminan siendo policía al buscar trabajo en la presidencia. 

Un buen candidato a policía debe estar dispuesto a enfrentar las incertidumbres que la situación amerita.

Para alcanzar esto, la reglamentación tiene que cambiar. La ineficiencia que caracteriza a la policía de Ayotlán es únicamente derivada del nepotismo político que nuestras reglamentaciones actuales permiten. Dejar a cargo directo la selección de los policías a los políticos limita encontrar recursos humanos de calidad. Mas el constante cambio de poderes políticos no es el problema, sino el poder que los partidos políticos ejercen sobre el departamento de policía. 

Es por eso que el departamento de policía de Ayotlán, como el del resto de los municipios en México, necesita ser una entidad completamente independiente de las desiciones que se tomen en la presidencia. Esta puede ser financiada federal o estatalmente, y responder a los intereses en materia de seguridad de otras cúpulas de poder fuera de los intereses locales. De esta manera, no se compromete la seguridad del municipio por el caciquismo de nuestros partidos.

Para concluir, invito a cada uno de mis lectores a que no mediten únicamente su voto, sino que se den a la tarea de investigar el verdadero alcance de votar; exigir reformas que garanticen más poder a los ciudadanos es primordial para una democracia sana. Estas reformas son el poder elegir a sus regidores y quitarle poder al presidente sobre departamentos clave dentro del municipio (policía). Esto ya se logró en otros estados como Nayarit y se puede lograr en Ayotlán. Recordemos que el verdadero poder de una democracia se encuentra en los ciudadanos. Sin embargo, en una democracia donde las leyes no permiten un rol activo de los individuos de a pie, se abre la puerta para actividades adversas a nuestros intereses. El problema es, entonces, que los candidatos tienen demasiado poder.



Referencias de “Municipios: Arcaicos e Ineficientes”:

Oliver D. Meza es profesor invitado del Departamento de Administración Pública, CIDe, Región Centro.
Oliver D. Meza agradece la ayuda de Ana María Topete y Francisco Javier Alba Valadez.
Link directo al articulo donde se pueden ver las referencias y el ensayo:
http://www.nexos.com.mx/?p=24990

Tuesday, May 19, 2015

Lorenzo Córdova, la ofensa y el derecho a la privacidad

Comparto este articulo de Juan Pablo García Moreno para Nexos:

http://redaccion.nexos.com.mx/?p=7017

Mejor explicada mi posición no puede estar.

Fragmento:

"Me preocupa que, por el carácter de las declaraciones, llegue a haber quienes celebren su origen, y quienes disfruten humillando al que las emitió. Al hacerlo, acaso sin darse cuenta, se legitima la transgresión de lo privado. Me preocupa, sobre todo, que a muy pocos parezca preocuparles. "